A veces, cuando ofrecemos un servicio de VPN a un cliente, nos encontramos con el problema que el cliente es bastante reticente para modificar la configuración de su cortafuego (firewall). La VPN se conecta a la red de nuestro cliente por un puerto concreto del cortafuego que tiene que estar habilitado para permitir el acceso desde fuera.
Una solución es reconfigurar nuestra VPN para que vaya 'atacando' el puerto 443, que se considera como el puerto universal porque muchas veces ese puerto está habilitado en la mayoría de los cortafuego del mercado.