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En telefonía móvil existen usuarios que tienen un interés específico en mantener conversaciones confidenciales. Un ejemplo son los abogados con sus clientes, los famosos con sus familiares, los directivos de una empresa, las fuerzas del estado y como no, los delincuentes.

Un teléfono normal y corriente ofrece vulnerabilidades en cuanto a la seguridad. Por ejemplo, en España, se aceptan con reticencias los mensajes de whatsapp como pruebas periciales porque se pueden manipular fácilmente.

Para encriptar las conversaciones de un teléfono móvil se utilizan los algoritmos más avanzados del mercado como por ejemplo la encriptación ECC (Elliptic Curve Cryptography) o su variante HCC (Hyperelliptic curve cryptography).

La ventaja principal de estos algoritmos de encriptación es que la longitud de las claves necesarias para un determinado nivel de seguridad es menor que para algoritmos de encriptación clásicos RSA o DSA. ECC y HCC proporcionan por lo tanto ventajas en los recursos necesarios para la encriptación. Se ahorra tiempo, espacio y energía de computación, lo que incide en la duración de las baterías.

Las aplicaciones que se encriptan en el móvil con estos protocolos ofrecen las siguientes funciones:

  • Utilización de claves privadas para encriptar los datos del teléfono. El usuario utiliza una clave que solo él conoce y que se utiliza para encriptar los datos del teléfono. Se pueden encriptar los contactos del teléfono, las fotos y cualquier archivo.
     
  • Autodestrucción de los datos del teléfono y eliminación remota. El usuario puede en todo momento eliminar el contenido de su móvil con un botón de pánico.
     
  • Respaldo/backup seguro de los datos.