Los grandes fabricantes del automóvil se unen con empresas de Nuevas Tecnologías como Google o Uber para crear el coche sin conductor. Los primeros prototipos han salido a la calle para realizar pruebas en condiciones reales. Estas iniciativas tienen mucha repercusión en la opinión pública por la importancia que tiene el coche en nuestra sociedad como instrumento cultural.

¿Para qué sirve un coche sin conductor?

Una razón obvia para desarrollar el coche sin conductor es la seguridad vial. Se supone que la conducción automática dejará menos espacio a los errores humanos, fuente de accidentes. Se podrá también ampliar las horas para conducir como por ejemplo conducir durante la noche. Durante el tiempo que no conduciremos tendremos tiempo para otras tareas más productivas. Una de las razones para comprar un coche sin conductor es porque... no lo venden! Es decir, la industria tiene mucho interés en conocer y controlar el comportamiento del conductor para ser capaz de ofrecerle servicios de valor añadido. Las aseguradoras querán ciertamente saber que comportamiento tiene un conductor al volante para adaptar la prima de riesgo a su estilo de conducir.

 ¿En qué punto estamos en la investigación?

La primera generación de coches autónomos ha salido a la calle para realizar pruebas de campo. Pertenecen a la primera generación de coches autónomos que son capaces de circular por autopistas que son entornos 'sencillos' porque disponen normalmente de un trazado y un vallado predecible para una conducción automática. La segunda generación de coches autónomos está en fase de laboratorio para ser capaz de circular en entornos más complejos como lo son las ciudades con su grado de complejidad en la circulación.