El control del gasto es la consecuencia natural de los acuerdos alcanzados con el proveedor de telefonía. Es importante que nos demos cuenta que no sirve de nada conseguir un buen acuerdo si no ejercemos a posteriori un control sobre el uso que hacemos de la tecnología. Para usar un símil podríamos decir que se puede alcanzar el mejor precio para el litro de gasolina pero solo sabremos que los 50.000km al año que realiza un conductor tienen sentido si conocemos los trayectos realizados.
Es un error a veces pensar que es tarea del operador de telefonía ejercer ese control. El proveedor no suele disponer del criterio necesario para determinar si el uso de un empleado de la tecnología es el correcto o no. Depende de nuestro control.
Dado que la tecnología está a nuestro servicio y que lo puede (casi) todo nuestro planteamiento inicial debe ser: ¿Cómo queremos hacer las cosas? ¿Qué uso racional hacen mis empleados de la telefonía? y obrar en consecuencia para implementar nuestra política de control del gasto con las herramientas que nos ofrece el operador.