El factoring es un servicio financiero que ofrece un banco o una entidad financiera para financiar un proyecto tecnológico. Consiste en asegurar los pagos del cliente final evitando los riesgos de impago y de retraso en el pago. Funciona de la siguiente manera:
- Emitimos una factura al cliente final.
- El cliente final aprueba la factura.
- El banco nos paga una parte de la factura de este cliente (por ejemplo, un 90%)
- El banco nos cobra una comisión.
- El cliente final paga (en su momento) la factura integra al banco.
- El banco nos paga el resto de la factura debida.
La ventaja de ese servicio es que aseguramos los flujos de tesorería para nuestro proyecto sin depender del momento en que paga el cliente final.
Una alternativa al factoring es una línea de crédito que nos puede ofrecer el banco (o la entidad financiera). Cada mes el banco nos avanza un dinero y nos cobra interes por ese crédito. En ese caso la evaluación del riesgo de la operación lo hace el banco con nuestra empresa mientras que en el caso del factoring el riesgo financiero de la operación se realiza con el cliente final.