Una cerveza se sirve bien fría y con su justa medida de espuma. Por eso es necesario utilizar un sistema de refrigeración y otro de presión para servir correctamente la cerveza en un bar. El sistema de refrigeración consiste en un tubo, que llamamos serpentina, que enfria la cerveza mediante un 'bloque de hielo', es decir una cámara frigorífica. Por otra parte se obtiene la presión para servir la cerveza mediante la inyección de gas carbónico.
La idea de aplicar el IoT al consumo de un barril de cerveza permite predecir el consumo de cerveza y por lo tanto planificar mejor la reposición de los barriles en el bar. Por otra parte queremos que, mediante el IoT, se pueden anticipar las averías que se puedan producir en el sistema.
Una primera idea es instalar un caudalímetro en el conducto del barril de cerveza al grifo y mandar por Internet las mediciones de los consumos. Para eso, es importante que el caudalímetro pueda dar una medición correcta con un flujo débil de cerveza; es decir cuando apenas se abre y se cierra el grifo. La otra dificultad técnica reside en que el caudalímetro no puede ser un problema de seguridad alimentaria acumulando impurezas o bacterias. Un aspecto a tomar en cuenta es también el precio del caudalímetro para que sea de calidad y de una medida fiable.
Otra alternativa es deducir el consumo de cerveza por la inducción que produce el circuito eléctrico de refrigeración. Tiene la ventaja de no interrumpir el flujo de la cerveza con los problemas para la salud que hemos mencionado.
Para el mantenimiento técnico de las instalaciones podemos instalar una sonda para medir la temperatura y un tag IoT para que un técnico de mantenimiento pueda identificar con una aplicación móvil el dispositivo la instalación que está revisando.