Tradicionalemente los operadores de telefonía han ofrecido una conectividad M2M para conectar los objetos a Internet utilizando la red de telefonía clásica. La red de telefonía no distingía la conectividad de un teléfono móvil normal y corriente de un objeto conectado a Internet como un contador de agua por ejemplo.
Surgieron entonces iniciativas de terceros utilizando el espectro radio-electrico no licenciado para ofrecer una conectividad más adaptada al Internet de las Cosas. Hablamos de SigFox y LoRa que precisan de una red de antenas diferente a la red de telefonía clásica del operador.
Con el desarrollo del Internet de las Cosas los operadores proponen una serie de protocolos de comunicación que se basan en su red de telefonía. Estas tecnologías de comunicación ofrecen una conectividad de bajo consumo para las baterías pero con poca capacidad para enviar datos (algunos mensajes al día); lo que le permite dirigirse a las necesidades básicas de Internet de las Cosas.