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El sector de ascensor

España es el país del Europa que cuenta con más ascensores instalados. Tenemos aproximadamente 1.000.000 de ascensores en funcionamiento mientras que un país como Alemania con casi el doble de población tiene una base instalada de ‘solo’ 500.000 ascensores instalados. Sería como una diferencia de 1 a 4 entre los 2 países.

El sector de ascensor es por lo tanto un mercado de referencia en Europa con una multitud de empresas que fabrican, instalan y mantienen ascensores. Tenemos también a varias empresas del sector notablemente exportadoras, sobre todo después de la crisis por la reorientación forzada a causa de la caída del sector de la construcción.

España es también importante para grandes constructores como Schindler que tiene una fabrica en Zaragoza y Thyssen que la tiene en Andoain. Estas plazas fabrican ascensores tanto para abastecer al mercado nacional como el resto de Europa.

El sector de ascensor es un sector muy orientado a costes con márgenes que se van estrechando con el tiempo. La erosión del margen se produce principalmente en 2 ámbitos; uno es la construcción de ascensores con fabricantes cada vez más globales que pueden ofrecer economías de escala y el otro son los costes de mantenimiento que bajan. La consecuencia más nefasta de estas bajadas de ingresos es que se pierde la capacidad de compensar las caídas de precios con el ofrecimiento de servicios de valor añadido y se deja poco espacio para la inversión en procesos corporativos y en tecnología.

En una Comunidades de Vecinos por ejemplo un administrador de finca puede encontrar diferencias en el servicio una vez contratado el mantenimiento, pero, cuando somete a aprobación de la Junta de vecinos las distintas opciones de mantenimiento, no se puede apreciar en que se sostiene la diferencia de precio entre una propuesta u otra. Por lo tanto, la Comunidad de Vecino, suele elegir la propuesta más barata.

Otra clara señal de esa pérdida de competitividad del sector es la consolidación que se observa en el sector del ascensor con la adquisición de empresas de mantenimiento por partes de los grandes constructores.

Esa presión sobre los precios en el externo de la cadena de valor del sector del ascensor se refleja en todos los demás eslabones: fabricantes de componentes, instaladores, distribuidores, empresas de servicio, etc.

Otro factor importante del sector del ascensor es su fuerte regulación. Un ascensor transporta personas y un mal funcionamiento puede poner en riesgo la vida de las personas. Las empresas integran procesos periódicos de verificación del buen funcionamiento del ascensor; sobre todo con inspecciones regulares y comprobaciones de las comunicaciones de los ascensores con el mundo exterior (una persona que se quede atrapada pulsa el botón de pánico para llamar a un centro de asistencia remoto).

Los problemas del sector del ascensor

Aparte de la presión sobre los precios en toda la cadena de valor, se observan distorsiones de mercado por falta de transparencia en la adjudicación de los contratos de mantenimiento. A veces las partes decisorias actúan como parte interesada y la mejor opción técnica no es la vencedora. Los sobrecostes derivados de estas practicas se repercuten en la administración de los costes de mantenimiento de los ascensores. Las empresas ven sus márgenes estrecharse aún más.

Otro problema es que a veces, una parte significante de los ascensores, no se someten rigurosamente a la aplicación estricta de la normativa europea. Ese fenómeno se observa en varios países europeos y se debe a una falta de transparencia en cuanto a las labores de mantenimiento que se realizan en el momento de una intervención.  

Por muy sorprende que parezca, el sector del ascensor es un sector hambriento en mano de obra cualificada. La instalación de los ascensores requiere habilidades técnicas que no se encuentran con facilidad en el mercado. Tanto en Alemania como en España las empresas del sector se disputan la mano de obra cualificada y ninguna quiere realmente invertir en formar el personal necesario al temor de nutrir la competencia con personal cualificado. Es también un sector marcadamente masculino.

Lo que se no viene encima

El ascensor empieza a conectarse a Internet. Las grandes empresas del sector están desarrollando las tecnologías para obtener datos del ascensor en remoto.

Primero hace falta una solución robusta de conectividad por las zonas de sombra que representan los ascensores. La tecnología que se usa habitualmente es una SIM de un operador local por la necesidad de una numeración local para las llamadas de emergencia. Empiezan a emerger también soluciones multioperador de conectividad que aprovechan mejor la disponibilidad de los distintos operadores en el hueco del ascensor.

Luego se instalan dispositivos hardware que permiten por un lado conectar el ascensor a Internet con la SIM y por el otro lado conectarse al cuadro de maniobra del ascensor. En ese terreno existe un freno a la innovación tecnológica por el número de protocolos diferentes que existen en el mercado. Cada fabricante de cuadro de maniobra desarrolla su propia tecnología con escasa compatibilidad con los temas. En Alemania, existen esfuerzos coordinados de estandarización que al final, acabarán condicionando el mercado a nivel europeo.

Uno de los problemas encontrados en la conexión del ascensor a Internet es que se multiplican los costes al instalar un dispositivo hardware por cada tipo de aplicación en el ascensor: uno para las llamadas de emergencia, uno para conectar el cuadro de maniobra, otro para las eventuales pantallas multimedia en el ascensor, etc. Para solucionar ese problema hace falta una propuesta integradora que sirva de verdadero hub encima del ascensor para cualquier tipo de periféricos en el ascensor.

En última instancia tenemos a la plataforma de IoT (Internet de las Cosas) que empiezan a aflorar en el desarrollo de aplicaciones de mantenimiento predictivo de la mano de los grandes fabricantes del sector del ascensor.

La transformación digital

En nuestra opinión la transformación digital no consiste solo en la aplicación o la instalación de herramientas digitales en la cadena de valor para optimizarla. Consiste más profundamente en una sustitución tecnológica que transforma los paradigmas del negocio. Nuevos actores aparecen en un sector determinado con nuevas formas de entender el negocio en base a un avance tecnológico.

Conectar el ascensor a Internet es la base de esta transformación digital del sector que nos ocupa, y está en marcha. No solamente los actores disponen de los datos del ascensor para optimizar sus procedimientos (evitamos los desplazamientos innecesarios y aumentamos la disponibilidad del ascensor al anticipar las averías) sino que permiten la emergencia de modelos de negocio que ‘des-intermedian’ a los actores del sector. La relación mantenida hasta la fecha con el cliente se ve amenazada por otras empresas que llegan digitalmente a nuestro cliente y empiezan a condicionar los servicios que habíamos ofrecido hasta la fecha.

En nuestro caso, la transparencia en cuanto a lo que ocurre en un ascensor, permitida porque conectamos el ascensor a Internet ofrece una oportunidad única de servicio de valor añadido para el cliente final. Se empiezan a remontar datos del ascensor al propietario que puede ejercer un control independiente del mantenimiento.

Lo importante ahora es sumar a todo el sector en esa transformación digital para no crear un bando de perdedores y ganadores; sino una economía real inclusiva con las personas y que pueda ser una promesa de futuro. Europa seguirá de esta manera en la brecha de la innovación tecnológica en un sector en el cuál es líder (después del chino).

Otra paso, es reivindicar el ascensor como parte integrante de la ciudad inteligente (Smart City) con todas las iniciativas apoyadas desde la Unión Europea … con la iniciativa en la mano en un sector tradicionalmente conservador.